El gran anhelo de cualquier cristiano que ama a Dios, es tener una íntima relación con su Creador, es lo que mucho hemos buscado al punto de esforzarnos mas de la cuenta por agradar a Dios; sirviendo en la Iglesia, asistiendo a todos los eventos que los pastores o lideres nos piden, muchas veces desplazando a la prioridad desde nuestra familia a las reuniones en la nuestra congregación, todo esto, con el fin de encontrarme cara a cara con la persona que mas amo, Yeshua (Jesús), MI SEÑOR Y SALVADOR.

Lo lamentable es que al recopilar todas mis experiencias con Dios, sus bondades hacia mí, las pruebas de su amor y fidelidad, su sanidad, etc; llego a la conclusión que todo ha quedado en eso, solo experiencias.

Es tiempo de hacer las cosas como Dios siempre quiso que fueran, dejémonos de esfuerzos mal fundamentados y volvamos a los caminos de YHWH, El nos dio la provisión necesaria para conocerlo, para ser su especial tesoro, para aprender a escuchar su voz, para que El nos conozca en la intimidad.

La fiesta de Shavuot o Pentecostés es una invitación que YHWH nos hace para que seamos ese especial tesoro, su pueblo, sus sacerdotes, lo que no es un tema menor; analicemos el verdadero significado la palabra sacerdote: Sacerdote viene del hebreo kojén que significa: el que oficia. ¿Oficiar que?... oficiar la relación entre Dios y su pueblo. Comprendemos que el modelo de Dios siempre fue entenderse con un grupo en particular, un grupo apartado, santo. Ese grupo tenía como característica; su integridad y obediencia a los principios y mandamientos de Dios, era un deleite conocer las profundas verdades que existen en los mandamientos del Señor. Así que los invito a conocer un poco más acerca de la fiesta de Shavuot.

Arribo al Monte Sinaí

“Al mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día vinieron al desierto de Sinaí. Porque partieron de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y se asentaron en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.

Y Moisés subió a Dios (1); y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la Casa de Jacob, y denunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y [cómo] os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.

Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi [especial] tesoro sobre todos los pueblos; porque mía [es] toda la tierra.

Y vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa. Estas [son] las palabras que dirás a los hijos de Israel. Entonces vino Moisés (2), y llamó a los ancianos del pueblo, y propuso en presencia de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado.

Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos. Y Moisés refirió las palabras del pueblo al SEÑOR(3)”. (Éxodo 19:1-8)

El mes tercero en el calendario hebreo es Siván y con certeza podemos afirmar que los meses 1 y 2 del calendario hebreo, es decir los mese de Aviv y Zif, fueron de 30 días; por lo tanto, habían transcurrido 45 días desde el día 17, (Cruce del Mar Rojo) tomándolo como día 1, hasta el 1 de Siván: “en aquel día” se agrega para marcar el tiempo más explícitamente. Luego podemos ver que el relato continúa con al ascensión de Moisés al Monte (1) es decir el día 46 desde la salida de Egipto y uno día (47) en volver por la respuesta del pueblo, finalizando con “tres días de preparativos” donde el pueblo acepta la invitación que le hace el Señor de ser un pueblo especial. Esto hace un total de cincuenta días desde la primera pascua hasta la promulgación de la ley. He aquí la fiesta de Shavuot o Pentecostés, o sea, el día quincuagésimo, que fue la inauguración de su pueblo, y la sabiduría divina es clara en la elección de la misma fecha para la confirmación del pacto (Nuevo Pacto, Jeremías 31:31) en Hechos 2.

Ahora el asunto es éste: Cuando conocimos al Señor lo hicimos nuestro Salvador y vemos que como una sombra profética de lo que vendría el Señor le regalo salvación a su pueblo, el cual vivía bajo la esclavitud Egipcia. Luego, vimos sus milagros y bondades, así como el pueblo de Israel los vió, nos ha dado pruebas de su amor y fidelidad, así como Israel las tuvo, camino al Sinaí, ahora… ¿Cuál es el siguiente paso?. La Biblia dice que después de ver todas estas manifestaciones del Creador, YHWH, se transformó en su Señor, es decir, Israel comenzó a hacer lo que El les dijo que debían hacer por lo tanto, para completar el plan de Dios para conocerlo… ¡debemos hacerlos nuestro Señor!, es decir, hacer todo lo que El nos diga que debemos hacer, así el Señor preguntará: ¿Pondrán en prácticas mis mandamientos? y ¿cuál será nuestra respuesta?. Ahora recordemos que el pueblo no tenía idea de cuales eran los mandamientos que tenían que cumplir, por lo tanto debemos decir si o no, ¡aunque no tengamos idea de cuales son los mandamientos! El pueblo nunca dijo: ¡bueno!, ¿pero cuales son?...! bueno!, estos sí, pero estos no, porque son muy legalistas… ¡!NOOOO!!. El pacto no funciona así, no podemos hacer lo que se los de la gana, queremos conocerlo, amarlo, agradarlo… entonces, hagamos lo que El dice que hay que hacer.. ¡simple! ¿cierto?.